Page 11 - noviembre 2017
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Es lugar común afirmar que la música ha acompañado al ser humano desde los
albores de su evolución. Sus funciones sabemos que se relacionaron con la ejecución
de rituales, y también se ha confabulado con otras expresiones artísticas –como la
danza y la poesía--. Quizá sea esta familiaridad ancestral la que provoca que nos
D preguntemos poco sobre la música que escuchamos.
esde hace tiempo, gracias a la, muchas veces Tal vez esto pueda no parecer tan grave si no se quiere dedicar a la
abismal, diferencia entre los gustos musicales, música, pero el problema es que eso que podemos llamar el “oído
me he venido haciendo preguntas al respecto: musical” del ser humano es indispensable hasta para aprender
¿hay “buena música” y “mala música”? ¿Por qué a hablar bien y para leer, entre otras habilidades importantes.
algunos oídos prefieren cierto tipo de expresiones musicales
y les desagrada otros? ¿Está bien escuchar cualquier tipo de
música? Muchos años después, revisando literatura emanada de las
Sin ser yo experta en el tema –pues solamente en la primaria neurociencias para mi tesis de grado, me topé con un título
me enseñaron a hacer lecturas sencillas para solfear—ni escrito por el antropólogo mexicano Roger Bartra. En él revisa
haberme dedicado a investigar formalmente nada al respecto, varios aspectos de lo que denomina “la antropología del
de manera azarosa me he topado con algunas lecturas que cerebro”, y uno de los capítulos los dedica a
han llamado mi atención y que me gustaría compartirles hoy. la música y algunos efectos que tiene en
Cuando mi hijo era bebé, le regalé a mi esposo un libro escrito el cerebro de los oyentes.
por Sergio Berlioz, musicólogo y compositor mexicano quien
también se ha dedicado a la pedagogía de la música. En él ad- Como buena parte de los estudios se
vierte del daño que se les provoca a los pequeños cuando, por enfocan a estudiar el misterioso entra-
mado neuronal de los compositores,
ejemplo, escuchan cantar a personas desafinadas. Al parecer éste que atañe a las personas comunes
nuestro oído es altamente sensible a ello y de alguna manera
queda implantado un desarrollo defectuoso. que escuchamos música llamó podero-
samente mi atención.