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febrero 2016
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novohispanos, con el establecimiento del convento de la
orden franciscana, este primer edificio, y sus posteriores
periodos constructivos, marca el desarrollo de la población,
además de funcionar como centro civilizador, se convierte
poco a poco, en el centro del Espacio Central de la ciudad.
El Bajío y particularmente la zona de Apaseo es un
territorio dicotómico, en las últimas décadas del S. XVI
y las primeras del XVII; de paso de mercancías y furor
constructivo; de oportunidades y riesgos; de nuevos
pueblos y despoblamientos; de pleitos legales y
fundaciones piadosas; de modificaciones geográficas e
hidrológicas. Apaseo resulta muy favorable para el cultivo
de trigo, maíz y cebada, además de los árboles frutales
y legumbres europeas que con facilidad se adaptan,
gracias al clima y al tipo de suelos, pero también por
la presencia de manantiales y corrientes permanentes
de agua que permiten construir sistemas de riego muy
eficientes; además de pastizales extensos y adecuados
para un importante desarrollo ganadero15. Es éste el
comienzo de una zona abastecedora de víveres para la
región minera16.
Las permanencias del plano evidencian la continuidad
en el asentamiento, el trazo original tiene modificaciones
significativas, el poblado está definido en su traza por
cuatro bloques y terrenos distribuidos a lo largo del
Camino Real que queda a un kilometro del río Apaseo,
pasa por el núcleo principal y en el eje hacia Querétaro
15  Castro Morales, E., en: González Manterola A. (Coord.), La magia del barroco
en Apaseo, Fundación Cultural Bancomer-Espejo de Obsidiana Ediciones, México,
2000, p. 240.
16  Recordemos que la zona del Bajío, a partir de esa época, es considerada el cofre
y granero de la Nueva España.