Page 23 - noviembre 2017
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2016
Todo parecía indicar que habíamos levantado la
mano, que nos sacudíamos años de indiferencia
y que podríamos comenzar a figurar, pero
no… el juego mecánico del logo de la feria se
descompuso, se descarriló, salió disparado y fue
a estamparse contra el puesto de cobijas… ya no
hubo otra, ni otra por 500 pesos.
Llegó el 2016 y regresó la casa del terror en
forma de cliché celayense. La bola del agua
volvió junto con la indiferencia y la falta de
esfuerzo para realizar una imagen global.
Aplicaciones mal llevadas, reducciones mínimas
imposibles, legibilidad nula… y obviamente
los sombrerazos no se hicieron esperar. Desde
la gente que pensó que era una broma, hasta
los medios que señalaron faltas de ortografía y
otros errores garrafales, volvimos a tocar fondo.
Como en esas navidades donde la cena está
cruda o quemada, solo quedaba tragar rápido y
esperar al siguiente año. Después de todo ¿qué
podría salir peor?