Page 13 - Gaceta Odontologia abr 21
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Me atrevo a aconsejar a los políticos, ahora que inician su campaña electoral,
que se paseen por las colonias periféricas de su ciudad, entren en casas al
azar y les pregunten acerca de estos temas a las personas que la habitan y, a
MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR 12 partir de sus testimonios, construyan las políticas de salud. Se darán cuenta 13
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de la necesidad de invertir en programas salud pública y medicina preventiva
Dra. Electra Perianes Díaz, jst con lo que esto supone de implementar centros de atención primaria con los
profesionales sanitarios que requiera la buena atención del ratio de población
que cubre. Esto, echando cuentas, que en el fondo parece que es lo único que
importa, sale mucho más rentable.
“Tengo la glucosa bien descontrolada, doctora, pero es que no puedo ir al médico
de familia porque tengo que estar desde las 2 de la mañana haciendo turno y El desarrollo de los países no se muestra sólo por la economía, también por el
ahora, con mi pie así no puedo”. Es lo que me dice una señora de 57 años, con una nivel de educación y salud de su pueblo. Y la salud no sólo se consigue tratando,
úlcera por pie diabético. sino, sobre todo previniendo.
“Si mi esposo iba a por la ficha, el patrón le regañaba y yo, como casi ya no veo, no
podía ir sola”. Me cuenta una señora de 53 años ciega por unas cataratas.
“Espero que me cure el mejor médico, Dios, porque ya me cansé de ir al doctor y
no alcanzo ficha”. Me dice un abuelito con una neumonía.
Como estos, seguro que todos tenemos mil ejemplos porque, por desgracia,
no son casos aislados. Podemos presumir de tener de buenos hospitales
públicos de tercer nivel, bien equipados, con buenos profesionales y grandes
especialistas… pero si la atención a primer nivel falla, todo el sistema sanitario
está fallando. No se puede construir una pirámide si la base no está bien
cimentada, porque antes o después, la pirámide se hundirá.
Si la atención primaria no llega a toda la población de una manera real,
efectiva y equitativa, la salud de la población se encuentra en jaque mate. Y,
consecuentemente, también la economía, pues personas jóvenes, aún en edad
laboral, con capacidad de generar riqueza en el país, tienen que dejar de trabajar
por incapacidades o fallecimientos prematuros muchas veces prevenibles.
No es lo mismo una enfermedad diagnosticada y tratada al inicio, que aquella
que se detecta tras años de evolución. Pensemos en algo tan común como la
diabetes. Como sabemos, afecta a los pequeños y grandes vasos del organismo
ocasionando patologías tan graves y limitantes como infartos cerebrales,
infartos de miocardio, ceguera, insuficiencia renal, amputaciones… Pero con un
diagnóstico temprano de la enfermedad y un buen tratamiento que mantenga un
buen control glucémico, todas estas complicaciones, que ocasionan la primera
causa de muerte en el país, serían evitables.
Esta afirmación nos obliga a replantear nuestras políticas de salud para
hacer otra más coherente con la realidad de nuestra nación, de nuestro
estado. Es mucho más beneficioso y restable promover la salud que curar la
enfermedad. Es mucho más eficaz y rentable el tratamiento de una enfermedad
diagnosticada al inicio que cuando ya está avanzada. Es mucho más efectivo y
rentable hacer programas de salud que partan desde la realidad que desde la
utopía de lo que deseamos ser.