febrero 2016
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ambas variables, lo que no permite ratificar las diferencias
halladas por Rahim (2002). Por otro lado, sus conclusiones
relativas al nivel académico y empleo del estilo evasivo
e impositivo se confirman sólo parcialmente: al igual que
Rahim, hallamos que cuanto mayor es el nivel académico,
más se usan los estilos de colaboración y conciliación.
A nivel organizacional, el estilo complaciente resultó
exclusivo entre los participantes cuyo máximo nivel de
estudios fue bachillerato o carrera técnica y los estilos
colaborativo y conciliador fueron característicos de
individuos con escolaridad superior (terminada o trunca),
con 100% de representatividad en ambos casos, es decir,
a menor nivel académico, los sujetos se mostraron menos
colaborativos y conciliadores.
Se constata también que los 5 estilos de manejo
de conflictos interpersonales (evasivo, impositivo,
complaciente, colaborador y conciliador) pueden o no
encajar bien en situaciones concretas; en consecuencia,
se deben escoger estrategias y no estilos, es decir, optar
por una de las posibilidades descritas o una combinación
de ellas, según cada circunstancia específica, ya que
inclinarse por un estilo significa un modo habitual de
manejar un conflicto, de manera reactiva, lo que resultará
predecible para los demás.
El presente trabajo confirma que un determinado nivel de
controversia entre los empleados -en cuanto a aspectos
relacionados con la actividad laboral- facilita la aparición
de un clima caracterizado por la creatividad y la adopción
de retos, mientras que un elevado conflicto centrado en las
relaciones personales, afecta negativamente al clima de