Page 10 - Gaceta Psicologia abr 21
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regresaron a su ciudad para contar que habían triunfado,
                                               lo que no sabían es que había un soldado muy herido, que
                                               aún vivía. Otríades se puso de pie, tomó algunas armas, y al
                                               rayar el día, las delegaciones de ambas naciones llegaron al
                                               lugar de la batalla. Como era de esperarse, ambas naciones
                                               se atribuían la victoria, los argivos decían que había más
                                               hombres vivos de ellos, por otra parte, los espartanos
                                               argumentaban que esos dos enemigos que estaban con
                                               vida habían huido y era su hombre quien siguió de pie en
                                               el lugar de la batalla. En ese momento, Otríades se percató
                                               que era el único de los 300 espartanos que seguía con vida,
                                               se sintió invadido por una terrible vergüenza al ser el único
                                               espartano superviviente, así que se quitó la vida.
                                               ¿El primer suicida?

                                               Como ya se describió, Espargapises y Otriades pusieron
                                               fin a su vida en el siglo VI a. C. al igual que Periandro de
                                               Corinto, solamente que, como se describirá más adelante,
                                               éste efectuaría su muerte años antes que estos dos suicidas.
                                               Periandro fue hijo de Cípselo, nació en Corinto y se casó
                                               con Lísida, aunque él la llamaba Melisa. Procreó dos hijos
                                               con ella: Licofrón y Cípselo. Fue el sucesor de su padre
                                               en el año 627 a.C. convirtiéndose así en el segundo tirano
                                               de Corinto. Ya como emperador, trató de conservar la
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                                               de Corinto. Se encargó de regular el trabajo de los esclavos,
                                               respaldó y defendió a los campesinos pobres y forzó a la
                                               nobleza a aminorar sus gastos. La gran firmeza y estabi-
                                               lidad que poseyó Corinto bajo su mandato ayudó a que
                                               fuera incluido en el grupo de los siete sabios de Grecia
                                               (Laercio, 2003).

                                               Fue aprendiz de Trasíbulo de Mileto, del cual aprendió la
                                               barbaridad para llevar a cabo actos atroces como: castrar
                                               jóvenes, eliminar a los aristócratas e iniciar represiones
                                               violentas. Influenciado por sus amantes, a las cuales des-
                                               pués quemaría vivas, Periandro asesinó a su esposa, la cual
                                               estaba embarazada. Aunque Periandro inventó que alguien
                                               había asesinado a su esposa, su hijo Licofrón lo descubrió
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